lunes, 12 de marzo de 2007

Encoding / Decoding, Stuart Hall



Esta lectura habla sobre el proceso de comunicación a través de la unión de diferentes momentos de producción, circulación, consumo y reproducción. Cada una con modalidades especificas en las que ningún momento puede garantizar totalmente al otro. Hall menciona que la forma discursiva del mensaje es importante en el proceso de comunicación y que la unión o el intercambio de estos modelos se da a través de la codificación y decodificación, momentos de gran importancia en el proceso de comunicación.

Hall da como ejemplo, un noticiero televisivo. Los hechos pueden ser significados sólo dentro de las formas auditivo-visuales del discurso televisivo, es decir, el evento debe convertirse en una "historia" antes de que pueda convertirse en un evento comunicativo, es en ese momento que las sub reglas del discurso están "en función dominante" sin subordinar la existencia del evento histórico, las relaciones sociales en las cuales las reglas trabajan o las consecuencias sociales o políticas del evento que ha sido significado de este modo. La "forma mensaje" es un momento determinado que ser integrado dentro de las relaciones sociales del proceso de comunicación como un todo, del cual el sólo forma parte.


Desde esta perspectiva general Hall caracteriza el proceso de comunicación televisivo, usando la analogía de el Capital, el "proceso de trabajo" en el modo discursivo. La producción constituye el mensaje. El proceso de producción está estructurado a través de significados e ideas en uso acerca de las rutinas de producción, ideologías profesionales, definiciones y creencias, etc. Y aunque las estructuras de producción de televisión originan el discurso televisivo, ellas no constituyen un sistema cerrado sino que reúnen temas de las cuales son sólo una parte diferenciada.

Los códigos de codificación y decodificación pueden no ser perfectamente simétricos. Los grados de simetría, es decir, los grados de "comprensión" o "incomprensión" depende de las relaciones de equivalencia (simetría /asimetría) establecidos entre el codificador y el decodificador que a su vez depende de los grados de identidad. La falta de equivalencia entre este intercambio provoca las "distorsiones".

No existe un discurso inteligible sin la operación de un código icónico y los signos son por lo tanto signos codificados. No hay grado cero en el lenguaje.

El naturalismo y realismo es el resultado de una práctica discursiva, en que la operación de códigos naturalizados no revela la transparencia y naturalidad del lenguaje sino la profundidad del hábito y la "casi-universalidad" de los códigos en uso. La articulación de un signo arbitrario, ya sea visual o verbal, con el concepto de un referente es el producto no de la naturaleza sino de la convención, donde se requiere la intervención el soporte de códigos

También se habla sobre la teoría lingüística que emplea la distinción entre "denotación" y "connotación". El término "denotación" se identifica con el sentido literal de un signo, en cambio "connotación" suele ser empleado simplemente para referirse a significados convencionales y asociativos que varían y dependen de la intervención de códigos. Sin embargo esta distinción no se usa en este sentido. Hall lo trata desde una distinción analítica que no debe ser confundida con distinciones en el mundo real.

En el discurso real la mayoría de los signos combinan ambos aspectos, el denotativo y el connotativo. Dichos términos son herramientas analíticas, no para distinguir en contextos particulares sino para distinguir los diferentes niveles en los cuales ideologías y discursos se interceptan.

Hall identifica tres posiciones en la decodificación. La primera es la hegemónica dominante, donde el observador opera dentro del código dominante. La segunda es el Código negociado, donde en base a una lógica particular existen elementos adaptados y opuestos; y la tercera que es el Código oposicionista.


No existe una comunicación transparente



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